En abril de 2005, una expedición multidisciplinaria que partió desde Salina Cruz, Oaxaca, recorrió varias islas ubicadas a lo largo del Pacífico Exterior Mexicano, culminando 24 días después en Ensenada, Baja California.
A bordo del barco francés en el que se realizó dicha travesía, viajaron tres mexicanos, entre ellos el autor, un ambientalista que decidió documentar cronológicamente el viaje, describiendo interesantes aspectos geográficos, históricos, políticos, geológicos y ecológicos de esos distantes territorios.
La primera isla que visitaron fue Clipperton, un pequeño atolón con una historia legendaria. Territorio mexicano hasta 1931, año en que Francia, luego de una larga controversia diplomática, obtuvo los derechos soberanos sobre el mismo.
Luego la expedición viajó al archipiélago de Revillagigedo, también conocido como el "Galápagos Mexicano" por su riqueza biológica. Inician el recorrido por isla Clarión, la más lejana del territorio continental mexicano; enseguida visitan Roca Partida, un paraíso de buceo a la mitad del océano; a continuación van a isla Socorro, la mayor del archipiélago, y culminan en San Benedicto, una isla desolada a consecuencia de una tremenda erupción volcánica ocurrida a mediados del siglo pasado.
Tras una breve escala en Cabo San Lucas, la expedición continuó hacía Rocas Alijos, un escollo en medio del mar, que durante la época colonial sirvió de referencia a los piratas. Luego visitaron Guadalupe, la mayor isla oceánica de México, que a pesar de la depredación humana y la consecuente extinción de varias especies únicas, sigue albergando una interesante biodiversidad.
Más tarde viajaron al Archipiélago de Coronado, un conjunto de cuatro pequeñas islas, próximas a la costa fronteriza con Estados Unidos; que por descuido, desinterés y malas decisiones gubernamentales, han estado en riesgo de dejar de ser mexicanas, tal como ocurrió con el Archipiélago del Norte, frente a la costa sur de California.
La expedición terminó poco después en el puerto de Ensenada.
Además de narrar sus vivencias durante la expedición, el autor describe detalladamente los lugares que visitan, haciendo énfasis en la historia, estado de conservación y los problemas que enfrentan cada uno de ellos.
El libro está dirigido al público en general, en especial a los amantes de la naturaleza marina e insular.
A bordo del barco francés en el que se realizó dicha travesía, viajaron tres mexicanos, entre ellos el autor, un ambientalista que decidió documentar cronológicamente el viaje, describiendo interesantes aspectos geográficos, históricos, políticos, geológicos y ecológicos de esos distantes territorios.
La primera isla que visitaron fue Clipperton, un pequeño atolón con una historia legendaria. Territorio mexicano hasta 1931, año en que Francia, luego de una larga controversia diplomática, obtuvo los derechos soberanos sobre el mismo.
Luego la expedición viajó al archipiélago de Revillagigedo, también conocido como el "Galápagos Mexicano" por su riqueza biológica. Inician el recorrido por isla Clarión, la más lejana del territorio continental mexicano; enseguida visitan Roca Partida, un paraíso de buceo a la mitad del océano; a continuación van a isla Socorro, la mayor del archipiélago, y culminan en San Benedicto, una isla desolada a consecuencia de una tremenda erupción volcánica ocurrida a mediados del siglo pasado.
Tras una breve escala en Cabo San Lucas, la expedición continuó hacía Rocas Alijos, un escollo en medio del mar, que durante la época colonial sirvió de referencia a los piratas. Luego visitaron Guadalupe, la mayor isla oceánica de México, que a pesar de la depredación humana y la consecuente extinción de varias especies únicas, sigue albergando una interesante biodiversidad.
Más tarde viajaron al Archipiélago de Coronado, un conjunto de cuatro pequeñas islas, próximas a la costa fronteriza con Estados Unidos; que por descuido, desinterés y malas decisiones gubernamentales, han estado en riesgo de dejar de ser mexicanas, tal como ocurrió con el Archipiélago del Norte, frente a la costa sur de California.
La expedición terminó poco después en el puerto de Ensenada.
Además de narrar sus vivencias durante la expedición, el autor describe detalladamente los lugares que visitan, haciendo énfasis en la historia, estado de conservación y los problemas que enfrentan cada uno de ellos.
El libro está dirigido al público en general, en especial a los amantes de la naturaleza marina e insular.
Estimado Víctor, de parte de tus amigos Los Tlacuaches recibe una calurosa felicitación. Esperamos que este blog sea digno del estupendo trabajo de tu autoría, sin duda una valiosa aportación y legado cultural. Enhorabuena y ¡viva el México de ultramar!
ResponderEliminarDon Victor: he leido el libro y me parece estupendo -a proposito del bicentanerario de la independencia y del centenario de la revolución-Creo que es oportuno y bastante adecuado para abrirle los ojos a vuestros ingenuos paisanos.
ResponderEliminarFelicitaciones... un fuerte abrazo y feliz año.
JoRo